
Fachada de la entrada de la Universidad Complutense de noche. Foto: Aurelio Serrano

Fechada de la Universidad Complutense, Foto: Aurelio Serrano
La Universidad de Alcalá de Henares se fundó en 1499 y es la tercera más antigua de España. Su fundador, el cardenal Cisneros, fue ministro de los Reyes Católicos y, gracias a una bula pontificia del papa Alejandro I se crea dicha universidad que en un principio fue una escuela eclesiástica. El mismo cardenal Cisneros dirigió personalmente su creación con la idea de que fuera el centro de formación de los mejores funcionarios reales y del clero más preparado, de modo que Madrid sería la capital administrativa y Toledo la religiosa y entre las tres se repartirían por así decir el poder del Estado. La universidad de Alcalá de Henares fue llamada praeclaríssima Complutense Universitas y fue la primera ciudad universitaria planificada del mundo, modelo para las que después se formaron en Europa y en otra partes del mundo. Este proyecto renacentista de Cisneros suponía un conjunto de edificios y calles de moderno trazado, de colegios mayores y menores con un rector elegido cada año por sus colegiales, y con becas para estudiantes con pocos recursos. Se construyó, además, el Hospital Universitario de S. Lucas, la imprenta y viviendas para profesores y sirvientes. En su época de mayor esplendor allí estudiaron grandes maestros y personajes ilustres como Nebrija, Tomás de Villanueva, Ignacio de Loyola, Domingo de Soto, Juan de la Cruz, Lope de Vega, Quevedo…
La Universidad de Alcalá o Complutense alcanzó su mayor grandeza en los siglos XVI y XVII. Su espléndida fachada plateresca es de Gil de Hontañón y, junto con los tres patios, el de Santo Tomás de Villanueva, el patio de los filósofos y el patio trilingüe, desde donde se accede al Paraninfo, otra joya donde se concede cada año el Premio Cervantes de Literatura cada 2 de abril, construyen la gran riqueza arquitectónica de dicha universidad.
¡Yo también estuve en diciembre en Alcalá de Henares!
Quizás nos cruzamos sin darnos cuenta.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
Es increíble, no me lo puedo creer… parece que si que al final nos vamos a encontrar y no hace falta que sea en la tumba de Camus, sino en cualquier sitio… Seria genial.
Apuesto a que nos encontraremos por casualidad cuando menos nos lo esperemos.
El año pasado me encontré con una mujer en la presentación de un libro con la que solo había intercambiado unos mails y así fue la conversación:
-¿Eres Alberto?
-Sí, ¿cómo lo sabe?
-Te he reconocido por la risa.