Eugène Atget es sin duda el fotógrafo al que los enamorados de París más le debemos; sus fotos del «Vieux París», que hiciera por encargo del Consejo Municipal de París decidido a conservar la imagen de las viejas calles en el momento en que era previsible su desaparición, hizo posible este documento impagable. Eso ocurría en 1898. El desarrollo trae modernidad a las ciudades, pero la inmensa mayoría de las veces el viejo espíritu se desvanece y, no obstante eso, París ha conservado todo el encanto de su centro y de algunos barrios que, si se vive en ellos, una se da cuenta de que son como pequeños pueblos con todo lo bueno que eso conlleva. Hasta llegar ahí, Atget ha fracasado en los diversos aspectos de su vida: intentó dedicarse a la pintura sin grandes éxitos, lo mismo que al teatro como actor y, hasta que la fotografía llega a su vida, Arget navega sin rumbo. A partir de 1900 la fotografía de detalles gana en importancia haciéndose series de puertas, aldabones, cornisas…; Atget crea su serie «Les petits métiers», retratos de los distintos oficios, artesanía y la venta ambulante por las calles de París. En 1906 trabaja por encargo de la Blibliotheque Historique de la Ville de París fotografiando el centro, cuyo resultado es la serie «Topografía del viejo París». Después de la Primera Guerra Mundial, reanuda su actividad, realizando por encargo del pintor André Dignimont una serie sobre prostitutas. En esta época conoce al artista Man Ray. Las fotografías de Atget fascinaron a los surrealistas, pero eso es otro capítulo, porque da mucho de sí. Sus fantásticas fotografías reflejan lo cotidiano, la vida de París en tomas directas y, sin proponérselo, influyó sobre la estética surrealista, sobre todo en lo que se ha dado en llamar «l’objet trouvé».
muy bonito!
Estas viejas fotografías son un verdadero testimonio histórico y sin duda muy bellas… Muchas gracias, estimado Joergkruth!
Quel charme dans ces ambiances, le mystère généré par ce ton sépia, ces masses et ces ombres qui capturent la lumière mais de façon très subtile. Merci Barbara.
Merci à toi, chère Phédrienne! Comme d’abitude tes mots défin parfaitement l’esprit des choses, l’âme qui est au de là avec ta vision de poéte!
Bises.
Wonderful pictures!
Son preciosas, me encantan!
Me encantan las fotos antiguas porque logran captar algo de sus protagonistas (me encanta imaginar qué vidas hay detrás de esas ventanas). Hoy la fotografía es tan manipulable que ha dejado de ser un testimonio histórico. Pero, en la época en que esas fotos fueron tomadas, casi sólo el ojo (y el alma) del artista se interponía entre la imagen real y el que contemplaba la foto.
Yo también me fijo en las ventanas y pienso en las vidas que hay detrás.Tienes toda la razón, hoy es otra cosa. Me gusta mucho eso del ojo y el alma…Gracias mil.
Yes! I would also love to know what the posters say.
Creo que a Joaquín también le gustaría! Gracias.
Of course I would/por supuesto, me gustaría
Me gustan estas fotos sepia que le dan un aire tan misterioso a las calles de París.
Besetes, hermosa.
Tienen atmósfera y todo el encanto de París… qué tiene París?
Muchos besos, María.
Magnifique. Nous sommes tous des parisiens.
Le vieux Paris c’est charmante, mon ami! Et vraiment nous sommes tous des parisiens. Merci, Antonio.
Ver esas fotografías es quedarse en un crisol de sensaciones. Con tu reseña, me puedo imaginar lo bello del » viejo París» que Jean Eugène fotografió.
Muy complacido que las hayas compartido estimada Bárbara. Abrazo agradecido.
¡Soy yo la agradecida, estimado Demian por tus cariñosos comentarios! Las fotografías de Atget tienen todo el encanto del «vieux Paris», de esa época tan literaria que nos hace soñar…
Un abrazo muy grande!