Gertrude Käsebier (1852 Iowa- 1934 N,Y.) está considerada la primera fotógrafa americana y la más influyente del pasado siglo. Su primera gran dedicación fue el dibujo y la pintura que abandona por la fotografía perfeccionando su aprendizaje en Europa. Abrió su primer estudio en Manhattan en 1897. Se relacionó profesionalmente con Alfred Stieglitz, quien la incluye como miembro fundador de Photo-Secession, grupo que promovió el pictorialismo y la promoción de la fotografía como expresión artística; publicó regularmente sus fotos en la revista Camera Work editada por Stieglitz y este, en 1906, organiza una gran exposición de ella y de Clarence H, White en su galería 291. El trabajo de esa famosa galería ayudó a elevar la fotografía en Estados Unidos al mismo nivel que la pintura o la escultura. A través de Buffalo Bill consigue poder retratar a los indios que formaban parte de su espectáculo; el resultado son unos retratos llenos de respeto, belleza y dignidad; retratos que se perpetúan durante una década en la que la artista mantiene una relación de amistad con el pueblo sioux. La relación especial de Gertrude con los indígenas se remonta, por otra parte, a su niñez en Colorado. Estos retratos se exhiben hoy y forman parte de la Colección del Museo Nacional de Historia Americana en el Instituto Smithsonian. A Gertude Käsebier se la considera la madre de la fotografía estadounidense.
¡Preciosas fotos, Bárbara! Logran transmitir la dignidad de los retratados, los grandes perdedores de la Historia de Norteamérica, sin un asomo de salvajismo o crueldad. Me estará rato y rato mirando esas fotografías.
Son realmente muy buenas y un testimonio histórico nada desdeñable.