Léopold Zborowski fue un admirador incondicional del pintor, del cual dijo tras su muerte prematura: «Era hijo de las estrellas y para él no existía la realidad». Durante unos años en los que ya la enfermedad hacía estragos en Modigliani, agravada por las penurias de la guerra y por sus escasos medios económicos, Léopold le sostuvo económicamente y lo envió a Cagnes-sur-Mer en la costa francesa, junto con su mujer Jeanne, para que hiciera una cura de reposo. Este retrato masculino es uno de los más sugerentes de los que pintara el maestro italiano, donde se refleja el equilibrio y la bondad; Léopold fue posiblemente el único amigo verdadero en aquellos duros años.
Parece mentira que en un retrato tan sencillo, aparentemente, puedan expresarse, como tu señalas las virtudes interiores (equilibrio y bondad). Me produce serenidad contemplar este retrato. Muchísimas gracias y feliz semana.
Modigliani consigue con tan poco, tanto!
Muchas gracias y feliz semana!!!
Me encanta este retrato por su sencillez llena de expresión.
Besitos luneros.
De esa manera suya de hacer tan despojada de artificio me quedo con esa sencillez aparente… que lo dice todo.
Besos luneros, querida Chelo!
Es un retrato aparentemente tan sencillo! Y no obstante, muestra un rostro con mucho encanto interior.
Besetes de lunes, querida Bárbara.
Así es, querida María!
Sigue disfrutando del mar y de la calma…
Besos y feliz semana!
Reblogueó esto en drawliving.
Me encanta Modigliani, sus pinturas transmiten muchas veces cierta melancolía.
…Y también tristeza como si vivir costara un gran esfuerzo; él es capaz de expresar tantos sentimientos desde la sencillez…
Muchas gracias; un placer tenerte por aquí.