A partir de los años cincuenta Pollok cambia de estilo y retoma la figuración en blanco y negro; su vida se truncó por un accidente de circulación cuando había alcanzado una elegancia suprema. Creo que fue con «Obra Number 7 » fechada en 1951 , hoy en la National Gallery of Art, cuando se inicia la última vuelta de tuerca.
Me cuesta entender (o «sentir») estas pinturas, pero reconozco que debe ser culpa de mi falta de costumbre o educación para apreciarlas 😦
Me pasa lo mismo con la música dodecafónica que a Aurelio le encanta!
Me encanta Pollock pero sobre todo la que fue su mujer Lee Krasner. Ambos encarnan lo mejor del expresionismo abstracto americano, un arte difícil de entender pero que se convierte en adictivo.
Un abrazo.
El caso típico de mujer «gran artista» que vive a la sombra de su marido «gran artista», cosa que no pongo en duda, pero que es tremendamente doloroso cuando ella también cabe en esa clasificación… la historia desde antes del Renacimiento está llena de casos así.
¡Pero fácil de sentir y de crear adicción!
Muchas gracias, querida Manu.
Un fuerte abrazo.
Fiel reflejo de su tormentosa vida, son sus obras, pero sin ninguna duda por mi parte, de una PROFUNDIDAD a la par que un saber jugar con los medios……………. pa que mas
Absolutamente maravilloso, B… Puro genio… Un abrazo. Aquileana 😀
¡Absolutamente de acuerdo!
Muchas gracias Aquileana.
Un abrazo.
Muy buen Post, me encanto ese trabajo 🙂
Muchísimas gracias, querida Leyla!
Un gran abrazo.
Encuentro a Pollock, magnífico!
Su pintura es «algo» desconcertante para mí, pero sólo sé que me encanta.
Mil besetes, Bárbara.
El expresionismo abstracto como cualquier manifestación artística que no tenga una referencia directa de la realidad o llega o no llega; sentirlo es la manera clara de comprobar que su objetivo se ha cumplido, «ver» que ahí hay algo que nos remueve por dentro.
Muchas gracias, querida María, por tu gran sensibilidad de poeta!
Un abrazo muy grande.