El pulso de una ciudad se toma en la calle, para ello hay que ir con los ojos bien abiertos y, mira por dónde, nos topamos con estos bolardos que rodean el Teatro de Arles, ojipláticos ellos; luego fuimos viendo más en distintos lugares y nos preguntamos por la autoría de ese asombro de bolardos. A la fecha de hoy seguimos sin conocer la identidad de quien tan bien avisa de todo lo que uno se puede encontrar por este bello lugar.
La verdad es que no había visto nunca algo semejante a esos bolardos. Muchísimas gracias por las fotos (¡por otro lado y como siempre estupendas!)
Son muy divertidos! Alguien decidió que con ojos estaban mejor y se puso a trabajar.. a destajo.
Un abrazo dominguero!