Van Gogh: el otro Vincent muerto.

Van Gogh: "Autorretrato con sombrero de paja". Óleo sobre cartón (40x 32),1887.

Van Gogh: «Autorretrato con sombrero de paja». Óleo sobre cartón (40x 32),1887.

Un año antes del nacimiento del genial pintor, su madre dio a luz a un niño que nació muerto y al que pusieron el nombre de Vincent. No mucho antes los niños nacidos muertos, con el dolor que eso suponía, no eran socialmente objeto de duelo, más bien al contrario, se pasaba de puntillas y se soslayaba el hecho. Pero, por entonces, en la burguesía se instaló un cambio radical, de modo que Anna, la madre del pintor, hizo instalar en el pequeño cementerio protestante, junto a la iglesia, en la tumba de su hijo una gran lápida con la inscripción de «Dejad que los niños se acerquen a mí», el año, 1852 y el nombre: Vincent van Gogh. Al año siguiente nació otro niño al que pusieron el nombre del hermano muerto: Vincent. Por tradición, los niños debían heredar los nombres de los  abuelos y Anna, sometida a las normas más estrictas durante toda su vida, lo dio por hecho: su nuevo hijo debía llamarse Vincent Willem. Cuentan varios biógrafos que durante años, Vincent, para ir al colegio, tenía que pasar por delante del cementerio y ver la tumba con su nombre: Vincent van Gogh.  Supongo que algo tremendo para un niño. Dalí fue otro caso parecido, tuvo que asumir el nombre heredado de su hermano muerto y de arrastrar toda su vida su sombra. Siempre he detestado el hecho de repetir los nombres dentro de una misma familia… ¡Dejad que los niños tengan la propia identidad que supone un nombre; para qué un infante tiene que recordar al abuelo o al padre o al tío, que a lo mejor eran insufribles!

8 pensamientos en “Van Gogh: el otro Vincent muerto.

  1. Es muy probable que esa experiencia incidiera en él de tal manera que fuese el detonante de la psicosis maníaco-depresiva que se cree padecía. Yo he rastreado los orígenes de la mía hasta la edad de cinco años, cuando vi el cadáver de mi hermano menor y presencié todo el sufrimiento de mi madre, a quien siempre he estado muy apegado (ahora ella tiene 84 años). Esa idea fija (la muerte) no es gratuita. Saludos desde Guatemala.

    • Indudablemente un suceso de esta naturaleza puede marcar de forma negativa la época que debería ser la más feliz y despreocupada de un niño, allí donde la idea de la muerte aún no está presente ni debiera estarlo… por ello es tremendo que pasaras por esa experiencia tan dolorosa siendo tan niño. Y comprendo todo el amor con el que rodeaste a tu madre como si quisieras protegerla de cualquier otro dolor, es muy hermoso, pero también una carga muy pesada para un niño…
      Muchas gracias Facundo, por tu enorme sensibilidad y por tu sinceridad que me conmueve.
      Un abrazo muy afectuoso para ti y mi cariño a Guatemala.

  2. Nuevamente coincidimos en eso de no heredar los mismos nombres para no cargar con ningún lastre y que cada quien forme su propia identidad. Especialmente en el caso de Vincent Van Gogh, cuya vida estuvo marcada por muchos altibajos,como queda patente en la autobiografía de él a partir de las cartas dirigidas a su hermano Théo por 20 años. Ambos tuvieron vidas muy cortas.
    No obstante, su arte que paso de tonos tierra sombría a colores brillantes durante su estancia en en sur de Francia es sin duda un prodigio.
    La historia de su hermano es interesante, no la conocía.
    Un cariñoso saludo y abrazo!

    • ¡Es lo que le faltaba al niño Vincent, ver una tumba con su nombre! Este suceso no es muy conocido, pero es un elemento más que explica la infancia tan dura que vivió en el seno de una familia muy estricta, muy rígida y marcada por las normas; su madre rompía sus dibujos y su padre lo echó de su casa… Tienes razón, en la Provenza vivió la belleza y descubrió el color de una forma total y absoluta; y nos la brinda desde entonces…
      Nunca he creído que estuviera perturbado, quizás era demasiado lúcido para la sociedad que le tocó vivir; no creo que nadie le entendiera del todo ni siquiera su hermano Theo que murió poco después que él.
      Hay una biografía muy buena de Naifeh y White Smith «La Vida de Van Gogh» que te recomiendo por si te puede interesar.
      ¡Un abrazo grande, grande!

  3. ¡Cuánta razón tenéis! Tiene que ser terrible heredar el nombre de un hermano fallecido. En familias muy rígidas, quizás sería una buena solución conservar ese nombre como segundo nombre de bautismo, no el que identifica al niño ad extra.

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