Estamos en el año del Greco y la ciudad de Toledo le rinde homenaje merecidísimo. Todo aquel que pueda acercarse a visitar la ciudad para contemplar las distintas exposiciones y los lugares donde dejó su huella el pintor cretense, como su casa convertida en Museo desde 1910 situada en la judería que perteneció al mecenas Samuel Levi, el Hospital Tavera, cuyo retablo proyectó el Greco y realizó su hijo Jorge Manuel -allí se conserva una de las pocas esculturas que realizara, el «Cristo Resucitado»-, la Catedral… ; se encontrarán además con el añadido de ver los bellos paisajes y el contorno de una ciudad encantadora encaramada en lo alto con el Tajo a los pies.
En «Vista y plano de Toledo» (1608-1614), conservado en su casa Museo, nos encontramos con sus figuras idealizadas y estilizadas, y la descripción meticulosa de las casas, palacios e iglesias, la alegoría del río Tajo, el plano que porta el Niño …, una obra compleja que dio lugar a numerosas interpretaciones: para unos era una obra inacabada; para otros, un precedente de los paisajes de Cézanne y de la corriente impresionista.
El dramatismo y movimiento que caracteriza a las figuras del pintor de Candia (hoy Heraklión) los traslada al paisaje, dotándolo de toda la fuerza interior al enfatizar su representación dramática antes que la descriptiva en los pocos que realizó. Esta forma de tratar el paisaje dotándolo de una atmósfera onírica, angustiada, fue muy valorada por los pintores simbolistas del siglo XIX y con posterioridad otros pintores impresionistas, posimpresionistas y expresionistas bebieron de estos, considerados primeros paisajes españoles y, más concretamente, su «Vista de Toledo», fechado en 1597-1599.
Este cuadro «Toledo», hoy en el Museo Metropolitano de N.Y. , cumple todos esos requisitos antes citados y yo añadiría que el color verde aplicado sin matices, además, lo hace absolutamente moderno, actual, destacando también ese hermosísimo cielo cargado de expresividad emotiva que me lleva a los cielos de otro pintor personalísimo, Van Gogh, evidentemente no en la forma sino en el tortuoso sentimiento proyectado.

Jo…! Me llevaron de la mano el año pasado por las calles de Toledo y quedé maravillado. Ahora con la adquisición de un nuevo objetivo me encantaría volver, recuerdo algunos detalles que se quedaron en la recámara de mi retina…
Un beso de los de agitas dulcemente mi cerebro y mi perspectiva de las cosas con tus entradas y eso… gusta.
Recorrer Toledo o París de la mano… ¿Se puede pedir más?
¡Y que nosotros veamos los resultados, querido Josep!
Besos de cuánto me gustan esas cosas tan bonitas que dices…
Guapa…!
Para Josep
¡Ains… y tú más!!!
colores fascinantes y fuertes que me gustan!
Los colores del Greco son así, fuertes, con carácter y muy personales; este cuadro es magnífico.
Muchas gracias, Joergkruth, por tu comentario!
Un saludo!