«Las armas secretas» de Julio Cortázar.

Rue Monsieur le Prince. La calle más literaria de Cortázar. Foto : Bárbara.

Lo lúdico, el juego, forma parte fundamental del impulso creador de Julio Cortázar. Sin ese ejercicio, no se concibe al gran escritor. La descripción de personajes, situaciones o paisajes le debían provocar el aburrimiento más insoportable. Jamás «explica» cómo son sus personajes; son ellos los que nos hacen ver el relato; es a través de ellos que se desarrolla el relato corto o la novela. De esa manera tan prodigiosa la atmósfera es creada como lo haría un mago que va sacando de la chistera elementos sorprendentes sin que veamos el truco, la farsa, el juego. En la recopilación de cuentos «Las armas secretas», que tienen su desarrollo en París, nunca la ciudad es descrita, es un elemento más, el lugar físico, el escenario. En los recorridos de sus personajes por itinerarios parisinos, el lugar es el nombre de una calle, de una plaza, de un puente; los ancla allí, pero sin describir si la calle es corta o larga, si la plaza es fea o bonita… Es el discurso mental lo que articula cada uno de los componentes del cuento o de la novela, el bucle en el tiempo. Creo sinceramente que «el tiempo» es una constante en su obra de una forma muy precisa y urgente, como en «El perseguidor», donde Johnny se angustia -«esto ya lo toqué mañana»-, porque cuando Johnny toca está en otro plano. El tiempo y el espacio. Y el «ser»,  que es capaz de experimentar situaciones paranormales, que es capaz de entrever por algunos instantes otra dimensión. Hablar de Cortázar como un escritor metafísico -con lo que rechina eso- no es decir nada. ¿Qué demonios quiere decir? Las etiquetas son inútiles, no sirven para nada; pero está claro que, al margen del surrealismo o de cualquier -ismo, hay en el Maestro un gran interés por escudriñar, en lo posible, otras dimensiones de las que solamente se puede atisbar algo, si uno está en buena disposición. «Las armas secretas» es un conjunto de cuentos o de relatos breves -lo mismo da- que incluye «Cartas de mamá», «Los buenos servicios», «Las babas del diablo», «El perseguidor» y «Las armas secretas» que da titulo al libro. «Las babas del diablo» tengo entendido que inspiró la película de culto de los años sesenta «Blow up». Recientemente «El perseguidor» se ha publicado de forma independiente como novela corta. El libro es un conjunto imprescindible para conocer a Julio Cortázar. Los que hayan seguido el blog saben que soy cortazariana hasta la médula, que sus libros son una gran inspiración para mi, de modo que se lo recomiendo para que pasen un buen verano.

Julio Cortázar: «Las armas secretas». Ed. Planeta, colección Aula. Biblioteca del Estudiante. Barcelona 1984.

10 pensamientos en “«Las armas secretas» de Julio Cortázar.

  1. Tomo nota, Bárbara. No he leído todavía nada de Cortázar. Es una carencia que debo subsanar más pronto que tarde. Un abrazo

      • Estoy de acuerdo con gilderic. Me encanta la fachada del local y la pequeña terraza. Y la perspectiva desde la que has hecho la foto es la más adecuada para subrayar el encanto de ese rincón.

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