Indignados: Sobre Siria y rompiendo una lanza a favor del periodismo.

Leonardo se sumaría a los indignados.

La última masacre en Hula lo único que viene a demostrar es que la vida humana no vale nada. Seguimos hablando de la crisis mundial y de cómo nos va afectando día a día; y es lógico y normal que así sea. Lo tremendo, si es que hay algo más tremendo que el acto de segar la vida de inocentes que están empezando a vivir o de ancianos que están acostumbrándose a encarar la muerte cercana, o la violación de mujeres, que es el acto más salvaje y repugnante que «un hombre» puede cometer, lo tremendo a secas es navegar por Internet y leer el odio con que muchos ciudadanos -sean pro o anti imperio americano, anti o pro palestinos, anti o pro judíos…- formulan sus opiniones, por cierto muy lícitas, analizando el tema de Oriente Medio, no con ponderación sino con ira. Pues sí, esta radicalización me ha llamado la atención y me ha indignado bastante, pues los unos echan la culpa a los otros -nada nuevo, por otra parte-: que si el régimen de El Asad tiene las manos manchadas de sangre, que lo mismo los opositores o los grupos terroristas de Al Qaeda, que si EE. UU. o el ejercito de liberación  sirio, que si Rusia y bla, bla, bla… Y, por cierto, aparte de decirse lindezas que rayan en el insulto personal -cosa que el anonimato de las redes favorece: uno puede ser muy gallito en la sombra-, lo más despreciable es que a pesar de que muchos lamenten la masacre de civiles, la ira de la mayoría se dirige contra el «otro» que representa una ideología diferente. Todos sabemos lo que está en juego en Siria, el gas y su situación geopolítica; situación que puede venir muy bien en caso de que se desnivele la hegemonía a favor o en contra de los países emergentes o del imperio americano, provocando una guerra que, como sabemos, en tiempos de crisis les sienta muy bien a  ciertos sectores financieros y no digamos a las empresas armamentísticas. Dicho esto, quiero romper una lanza en favor de los periodistas atacados últimamente en una campaña de desprestigio por unos y por otros, declarando que todos están desvirtuando y falseando la información sobre lo que está pasando en Siria, y olvidando a los que arriesgan su vida o mueren todos los días en conflictos bélicos en cualquier parte del mundo. No puedo pensar que todos sean corruptos ni mucho menos que la mayoría no viva su profesión como un servicio público, buscando la verdad para contárnosla.  Acabo diciendo lo de siempre: tanta represión, tanta muerte inútil, tanta sangre de inocentes… y ni una manifestación masiva en las calles. ¿Seguimos indignados en lo particular o somos capaces de trascender lo individual  para ir más allá?

4 pensamientos en “Indignados: Sobre Siria y rompiendo una lanza a favor del periodismo.

  1. En cualquier conflicto armado con un sátrapa de por medio, los periodistas son los primeros demonizados. Saben de su importancia capital. Por eso es tan importante no dejar de romper lanzas por ellos.

  2. Estoy de acuerdo con vosotros; los periodistas son la última trinchera en la que los oprimidos pueden refugiarse. Es muy fácil atacar a las personas para defender objetivos, causas o ideologías, sin darnos cuenta (¿o sí?) de que antes de cada masacre hay una previa deshumanización del contrario. Recuerdo la «banalidad del mal» de que habló Hanna Arendt en su libro sobre el proceso a Eichman y la biografía de Albert Speer por Gitta Sereny. en la que, al fin se hace ver al jerarca nazi que lo que hizo posible el Holocausto no fue tanto el fanatismo de los nazis como la indiferencia de la mayoría del pueblo alemán ante la suerte que pudieran correr judíos, homosexuales, gitanos, etc.

  3. Es una parte de la historia que no debemos olvidar, en Europa sobre todo, y sin embargo estamos viendo pueblos que luchan por una vida en democracia masacrados por tiranos que se obstinan en perpetuarse en el poder, apoyados por países, en este caso China y Rusia, que defienden intereses geopolíticos y energéticos; en definitiva lo de siempre.Gracias por tu sensible y agudo comentario.

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