Un Gauguin diferente: The Moon and Sixpence.

Gauguin: "Autorretrato".

William Somerset Maugham, escritor británico (1874-1965), supo desde el arranque de su carrera literaria lo que era saborear el  favor del público y de cierta parte de la crítica; su novela «Servidumbre Humana» fue un éxito rotundo, igual que la obra teatral «Lady Frederick». Fue un escritor prolífico que abarcó no solo la novela y el teatro sino ensayos, narración corta y libros de viajes.  En 1944 publicó «Al filo de la navaja» ( The Razor’s Edge), su novela más conocida, que fue llevada a la pantalla. Viajero infatigable, en 1916 se embarcó hacia el Pacífico para documentarse sobre la vida de Gauguin en las islas y de cómo se desarrolló la vida del pintor hasta su muerte. La novela «The Moon and Sixpence», publicada en la colección «Los Clásicos del Siglo XX» de Ediciones G.P.  (1967) Barcelona bajo el titulo de «Soberbia», es una aproximación al ambiente familiar burgués al que renuncia en pos de su sueño artístico, tardío por cierto, siempre en busca de una belleza extraña que solo encontró en una isla verde, Tahití, donde los pimenteros podían ser lilas como las plantaciones de cocoteros y de vainilla. Del «indígena» en que se convirtió Gauguin, llamado en la novela Strickland, Somerset Maugham dice: «Era un peregrino eterno, absolutamente obsesionado por una divina nostalgia, y el demonio que llevaba dentro era implacable»  El otro Gauguin, el más conocido, es el que se revela a través de las «Cartas a Theo» , las que escribió Vincent van Gogh a su hermano o el Paul Gauguin que se desprende de «Escritos de un Salvaje»  de Ed. «Debate», escrito por el pintor, donde se muestra una genial personalidad, mas sobre todo un intelectual sagaz, muy culto, que disecciona la práctica del arte de su época. Imprescindibles para quien quiera acercarse tanto a su peripecia vital de aventurero como al precursor de la pintura moderna junto con van Gogh. Ambas personalidades son antagónicas y difíciles de encasillar, pero geniales.

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