Jardín de Cactus II. Lanzarote.

Esta última gran obra de César Mánriquez fue premiada internacionalmente. Está considerada uno de los mejores jardínes de cactus del mundo. Para su ubicación escogió el artista una zona que se usaba como vertedero y rodeada de tuneras que se utilizan para el cultivo de la cochinilla. La industria de la cochinilla tuvo su apogeo en el siglo XIX, pues el tinte que se extraía de las cochinillas era muy apreciado en todo el mundo como un tinte carmín natural, el ácido carmínico. El cactus que colonizaba el pequeño insecto lo introdujeron los primeras expediciones españolas a la isla; se trata del cactus Opuntia del higo chumbo. Lanzarote llegó a ser el primer productor industrial del mundo. Ese tinte era muy apreciado por su calidad y durabilidad en toda Europa; luego llegaron los sintéticos… El tinte se ha utilizado para colorear tejidos, cosméticos y alimentos. Este hermoso Jardín de Cactus contiene diversas formas de piedras de basalto utilizadas como esculturas, que se suman a las múltiples y distintas especies de cactus, formando un conjunto de una estraña belleza. Esta obra del artista canario, situada en el municipio de Teguise, responde a la idea de César de lo que él definia como arte total, teniendo en cuenta la arquitectura, la jardinería, la escultura y la intervención espacial. Con esta, su última obra, consigue recuperar un terreno, antes abandonado, para convertirlo en un paraje de singular exotismo y belleza.

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