Lobo Lunar y la Luna de las flores.

Sobre un peñasco, Lobo Lunar aullaba a la noche. Hacía días que sobre los campos en barbecho surgían flores silvestres de todos los colores. Sabía que algo sorprendente iba a ocurrir, se lo decía su instinto y los tambores que oía a lo lejos desde la pradera donde los indígenas danzaban alrededor del fuego, alzando sus brazos al cielo. Los indios americanos la bautizaron como «la luna de las flores»; ellos sí sabían que, en la primera quincena del mes de mayo, vendría la «Luna de las flores». Por ello estaba vigilante, pendiente del cielo y fue en la noche del día doce cuando la vio y ante su sorpresa era una luna más pequeña, una microluna, porque esta luna llena, en ese instante, estaba más lejos de la Tierra que nunca. Aunque él no lo supiera ni los indios tampoco.

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