Buda y los caracoles.

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La imagen de Buda es relajante, bondadosa, tranquila. La leyenda dice que era un príncipe llamado Sidarta y que vivió en la opulencia en su juventud. La leyenda también dice que llevaba una cabellera larga que se cortó con una espada y que los rizos pequeños no volvieron a crecer. Abandonó las riquezas y se dedicó a la meditación. Otros cuentan que cuando un día estaba sentado bajo un árbol comenzó a meditar para llegar al nirvana; los rayos del sol, pasadas muchas horas, incidieron sobre su cráneo rapado y un caracol subió a su cabeza para que su baba la enfriara y propiciar así dicha meditación, ejemplo que siguieron otros hasta hacer un número de 108, que quedaron allí desecados. Esa historia de Buda con la cabeza llena de caracoles a modo de tocado la desconocía hasta hace bien poco y eso que tengo varios en casa, porque es una imagen que, como he dicho, me resulta relajante y llena de paz espiritual, aunque sorprendentemente no me había fijado en la forma de dichos caracoles. Por otro lado el caracol es, desde siempre, un animal que me apasiona, entre otras cosas porque se toma la vida con una tranquilidad envidiable y el sacrificio de ellos se representa sobre la cabeza de Buda desde entonces.

4 pensamientos en “Buda y los caracoles.

  1. Nunca había visto esta foto de Buda con los caracoles y coincido contigo en la apreciación que haces sobre los caracoles. Le añaden más tranquilidad a la imagen. Precioso. Un fuerte abrazo.

      • Jajajajaja, lo que tiene la vida que nos junta sin haberlo previsto y nos damos cuenta de que somos muy parecidas. Tú también lo eres, querida. Un fuerte abrazo.

      • Gracias, gracias. Me dan ganas de cantar eso de: «gracias a la vida que me ha dado tanto…» y es verdad, no me puedo quejar. Me encanta las personas que tienen un gran sentido del humor., como tú.

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