
En la tumbona rodeada de plantas, que la luz de la tarde dora, he vuelto a abrir el libro de Arthur Rimbaud que contiene «Una temporada en el infierno» e «Iluminaciones». Su poesía que tanto ha influido en los poetas que vinieron después sigue siendo imprescindible. En «iluminaciones» hay un poema que me hace soñar con el mar, esa «Marina» es un poema brillante y luminoso, al que me gusta volver. La sabia madurez del joven poeta es sorprendente y casi inconcebible. Su poesía es angelical y demoniaca: visionaria.