
En el risco, Lobo Lunar, esperaba expectante; miraba hacia el cielo, eran ya las 14,54 del 25 de enero. La luna envuelta en la niebla se dejó ver; era una luna llena preciosa. Lobo Lunar esperó aún más. Sabía que hasta las 18,54 no se vería en todo su esplendor, con total nitidez. Oyó a lo lejos a la manada que no hibernaba; los lobos no lo hacen como otros animales lo hacían, de modo que campaban a sus anchas, no temían a ningún otro animal en esta estación fría. Lobo Lunar, viejo ya, se había separado hacía tiempo de la manada y vivía en soledad, apartado de todos sus congéneres. Los lobos, pensó, no aullamos solo de hambre, aullamos a la luna y esta era su luna, la Luna del Lobo, la de enero, la primera del año; también le llamaban Luna Fría, Luna del Hielo o Luna de la caza del Oso. Pero para mí esta luna es la del Lobo, la mía, la mía por excelencia. Y a las 18,54 en punto le aulló con todas sus ganas, con todas sus fuerzas por algo era la Luna del Lobo.
Me ha encantado el texto. Estupendo. Buen descanso. Hasta mañana. 🎈💐🌟
Gracias, Azurea! Eres muy amable. Buenas noches. Un abrazo.
Estupendo texto. Me ha encantado. Qué descanses. Hasta mañana. 💐🎈🎈✨