La iglesia fue construida alrededor de la tumba de Saint-Genest y en la parte de delante se quiso apilar el mayor número de sarcófagos por estar al lado de lugares santos y procurarse así una rápida subida al paraíso.
Una leyenda cuenta que Jesucristo se apareció aquí para bendecir los lugares y dejó la huella de su rodilla sobre una roca (por eso el barrio que se encuentra junto a los Alyscamps se llama «La Genouillade»). Al ser un lugar santo todo el mundo quería ser enterrado frente a la iglesia, incluso creyentes de lugares muy lejanos. Cuando no se podía trasportar a los muertos se colocaban en toneles y se arrojaban al Ródano, los cuales descendían por el río gracias a la corriente. La leyenda cuenta que milagrosamente se detenían en Arles. Y allí eran enterrados. Otras personas venían en peregrinaje para ver las tumbas de Saint-Genest y los santos obispos allí enterrados; a modo de faro para orientarlos, se encendía un fuego en lo alto de la torre de la iglesia, razón por la cual esta torre se la llama la «linterna de los muertos» .
Al margen de las creencias, el lugar tiene una energía poderosa como la que se siente en ciertos sitios del planeta… si pasan cerca no se lo pierdan.




una historia impresionante! 🙂
besos que bajan tambien por el Rodano 🙂
Y muy divertida!
De esos no tenía…, pero en toneles? Vale, pues un tonel lleno de besos!!!
¡Un tonel lleno de besos, qué idea más brillante! La leyenda que has narrado y la fuerza que transmite ese lugar es digna de ser investigadaos por Iker Jiménez y el equipo de Cuarto Milenio, ¿no?
Un tonel da para muchos…
El lugar transmite una paz increíble y una fuerza extraordinaria; estuvimos toda la mañana y prácticamente solos, lo que contribuyó a saborearlo bien.
Otro tonel para ti que baje por el Ebro!
Allí estaré para recogerlo 🙂
Debería pararse en la Basílica del Pilar… sería estupendo!