Sé que la pintura incidió en mi trabajo de escritor. La gran maravilla de los ritmos de Paul Klee, de ciertos ritmos de Picasso o de Matisse influyeron en mi manera de escribir, indudablemente, aunque en el momento de hacerlo no se me ocurriera pensar en eso.
Del libro de Ernesto González Bermejo «Conversaciones con Cortázar». Ed. EDHASA, Barcelona, 1978.
La Estirga Burlona 
Me ha llamado la atención ver la palabra «ritmo» aplicada a la pintura. ¿A qué se refiere? Pido perdón por mi ignorancia
El ritmo viene dado por el color, por los tonos, por la interacción de los unos con los otros. Un color varía según el que tenga al lado; al modo de una partitura; el resultado puede ser armónico como en una composición tradicional tonal en la que domina una nota -do mayor, por ejemplo- o dodecafónico en la que todas las notas tienen el mismo valor. En esto del color cada «maestrillo» tiene su «librillo». En el desenlace de sus cuentos, Cortázar -dicho por él- trata de que en los últimos párrafos el «ritmo» sea perfecto utilizando las palabras como si se tratase de un poema. ¡Uff, vaya un rollo que te he soltado! ¡Ya verás cuando te pida que me expliques algo de Derecho!
Gracias por explicármelo, Bárbara. Me encanta tu blog: aprendo un montón y lo paso muy bien dialogando contigo y los demás. Ayer ví por TV una película con una versión de «Los miserables» de Victor Hugo protagonizada por Liam Neeson, Uma Thurman y Geoffrey Rush. Me gusto mucho. Y no pude evitar acordarme de ti, ¿pasionista parisina?.
En cuanto al Derecho, estoy a tu disposición, por supuesto.
Gracias a los que dejáis un comentario; compartir es lo mejor, lo que más nos enriquece. ¡Menudo reparto de lujo! Intentaré verla. Tanto Isabel como yo somos pasionarias parisinas si es que se puede decir así o más bien embrujadas por una ciudad que nos apasiona.